Sherlock

La adaptación al cine del famoso detective creado por Conan Doyle que nos llegó el año pasado de la mano de Guy Ritchie dio bastante de que hablar por el "cambio" que le dio al personaje. Ya di mi opinión al respecto en otro artículo así que no voy a hablar del tema de nuevo. Pero, independientemente de la calidad de la película o lo que nos haya podido gustar, hay que reconocerle un gran mérito: ha conseguido resucitar al personaje. Y gracias a eso se puede disfrutar de la serie de la que hablamos hoy.

Sherlock es una miniserie británica de tres episodios que, una vez más, vuelve a presentarnos a Sherlock Holmes. Pero esta vez cambiamos un poco el chip: en lugar de encontrarnos en el Londres victoriano, la historia transcurre en el presente. Un Watson recién llegado de la guerra de Afganistán y sin un lugar en el que vivir es presentado a un joven profesor unversitario que en realidad es detective consultor (o consultor detective, como se diga). De esta forma se nos reintroducen los famosos personajes con un toque más actual, pero sin llegar a desvirtuar la visión que Doyle tenía de ellos (como muchos parecen creer que hace la última película).

Esto no quiere decir que la serie sea un reflejo fiel de las historias. Los episodios están basados por encima en relatos como Un estudio en escarlata o Las muñecas danzantes, pero cambian la historia lo suficiente para que siga resultando interesante a los que ya las conocen, y la personalidad de los protagonistas también está mucho más marcada, despojándolos de la "ingenuidad" propia de los relatos de la época, pero siempre encajando con su espíritu original.

¿Lo malo? Pues también lo hay, pero la serie deja tan buen sabor de boca que en realidad no se nota mucho. Quizá los grandes seguidores del personaje chirríen con una versión actualizada de Holmes, pero creo que lo importante es el carácter y el ingenio del personaje, no que use gabán y pipa ¿no?