Will Rodman, un científico de San Francisco está buscando una cura para el alzheimer. Probando los resultados en simios, descubre que no sólo funciona sino que además aumenta la inteligencia del sujeto. Pero algo sale mal durante la demostración y Ojos Brillantes, la simio en que se realizaron las pruebas, es sacrificada. Will se encargará de cuidar a César, el hijo de Ojos Brillantes, que parece haber heredado su inteligencia.
La cinta funciona a modo de precuela del clásico de ciencia-ficción El Planeta de los Simios (y de sus 4 secuelas). Ahora que lo pienso, Tim Burton hizo un remake de la misma en 2001 (la vi y la olvidé sobre la marcha).
La película se salva de la quema porque al final es entretenida, pero nada más. Voy a saltarme los fallos porque al fin y al cabo es un largo de acción y ciencia ficción, no un documental. Lo que me toca la moral son los cientos y cientos de tópicos estúpidos y personajes sin sentido que vemos desde el principio (SPOILERS): jefe malo, amigo idiota (trabajo en un laboratorio, inhalo gases tóxicos y me voy a casa sin decírselo a nadie), novia buenorra que sólo aparece en la película para que nadie piense que el protagonista es gay... Cliché tras cliché y tontería tras tontería. Aunque la premisa era más o menos simpática.
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