miércoles, 2 de noviembre de 2011

Hesher (2010)


TJ es un chaval que vive con su abuela y su padre en una pequeña casa. La tensión entre él y su padre, sumido en una depresión, crece a medida que se distancia de su abuela y tiene cada vez más problemas en el colegio. Y de pronto en sus vidas se cuela Hesher: un heviata greñudo y tatuado que traba una extraña relación con la familia.

Hesher es una película extraña. Su planteamiento y desarrollo son los de un drama, una de esas historias sobre alcanzar la madurez, conciliarse con la pérdida, etc. Pero con un giro extraño: el personaje que da nombre a la cinta, inteligente pero despreocupado, furioso y destructivo (y que en realidad es un secundario dentro de la historia). Hesher apunta una nota de humor negro, de humor sin gracia: un pedazo de caos que se cuela dentro de unas vidas que no funcionan.

Probablemente, el hecho de incluir un personaje tan extraño en incoherente dentro de un argumento tan convencional (casi parece de telefilme de sábado por la tarde) sea algo que choque a más de uno y que haga perder en estima a la cinta. Sin embargo, yo creo que es uno de sus valores: a pesar de ser un personaje caótico, destructivo, ridículo e infantil, Hesher es como un bufón triste que representa la propia situación en la que la familia se encuentra sumida.

Quizá Hesher no sea una película para todo el mundo, pero personalmente creo que es una cinta muy interesante de ver.

Por cierto, para fanáticos del metal: la banda sonora es casi exclusivamente Metallica y Motörhead.

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