jueves, 8 de mayo de 2008

Saber de comics acaba pasando factura (Diario de un experimento tras las cámaras - Parte II)


Algo que se me olvidó comentar el último día, y que no he recordado hasta hoy mientras montábamos, es la tensión que hay en el "plató" hasta justo antes de empezar a rodar (al menos yo la sentía). Nervios y presión que están ahí sin que te des cuenta hasta que desaparecen. En nuestro caso tras el primer "corten". Risas de alivio y aplausos.

MIÉRCOLES 7
"Vamos al equipo. Cuanto peor, mejor. En vuestro primer rodaje no vais a usar nada lujoso."
-Robert Rodríguez. Escuela de cine.

O algo así. En nuestro caso grabamos sobre cinta, con cámaras digitales "caseras". Para lo que hicimos perfectas, oigan. En cualquier caso, usen el equipo que usen, acuérdense de comprobarlo todo antes de empezar. Nosotros aprendimos la lección de la peor forma: teniendo problemas.

Pues sí. Terminamos de rodar las últimas tomas en media hora. Fuimos a vaciar las cintas en el ordenador para comenzar a montar y resulta que el conector de la cámara no sirve en los ordenadores que teníamos disponibles. Ups. Cuando por fin conseguimos un cable y un ordenador con conectores compatibles, resulta que no tenía instalado ningún programa para capturar la imagen en el formato que queríamos. Ups otra vez. Al final perdimos toda la tarde con eso. Y probablemente por eso nos tocó actuar a Ícaro y a un servidor en el corto de unas compañeras del curso haciendo de frikis que hablan de comics. Maldición.

Muchos nervios, tembleques y alguna que otra carcajada, además de tener que repetir la escena porque la peña se cachondeaba de nosotros. Maldición otra vez. Tengo que decir que estar delante de las cámaras no es lo mío. Pero al final se lo acaba pasando uno bien (aunque me aseguraré de destruir todas las copias que existan de esa cinta).


JUEVES 8
"Los sistemas de edición de vídeo, los sistemas de edición por ordenador... Estos son vuestros amigos."
-Robert Rodríguez. Escuela de cine.

Después de grabar par de tomas de sonido y alguna chorradilla que se nos había quedado, comenzamos a montar.

Así a ojo, entre pruebas, quitar y poner, recortar y arreglar, diría que en tres horas de trabajo montamos unos... dos minutos de película. Sí, tantas horas para tan poco. Montar es un trabajo mucho más chungo de lo que pueda parecer a simple vista. Y también mucho más divertido. Es como montar un puzzle con piezas que tú mismo te fabricas y cuya imagen final va cambiando a medida que la montas. Al final, cuando poco a poco vas viendo que todo lo que has rodado va tomando sentido y funciona, se acaba sintiendo verdadera satisfacción.

Y acabar de hablar del montaje sin comentar a Nacho sería pecado. No sólo se vino de casa con la película en bruto ya volcada, sino que comenzó el montaje él mismo y nos impartió clases demostrativas del Adobe Premiere. Un aplauso para él.

Y preparados que esto se acaba. Mañana terminamos el montaje de la última escena, montamos música y sonido, y metemos los títulos de crédito. Y se acabó... ¡Hasta entonces!

No hay comentarios: